Sinopsis: Para treinta y cinco chicas,La Selecciónes una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida. La oportunidad de escapar de la vida que les ha tocado por nacer en una determinada familia. La oportunidad de que las trasladen a un mundo de trajes preciosos y joyas que no tienen precio. La oportunidad de vivir en un palacio y de competir por el corazón del guapísimo príncipe Maxon
Sin embargo, para America Singer, ser seleccionada es una pesadilla porque significa alejarse de su amor secreto, Aspen, quien pertenece a una casta inferior a la de ella; y también abandonar su hogar para pelear por una corona que no desea y vivir en un palacio que está bajo la constante amenaza de ataques violentos por parte de los rebeldes.
Sin embargo, para America Singer, ser seleccionada es una pesadilla porque significa alejarse de su amor secreto, Aspen, quien pertenece a una casta inferior a la de ella; y también abandonar su hogar para pelear por una corona que no desea y vivir en un palacio que está bajo la constante amenaza de ataques violentos por parte de los rebeldes.
En la época de las distopías todas iguales, siguiendo unos mismos patrones tanto de personajes como de enclaves tenemos de pronto “La selección”
Cuando empezamos a leer tenemos nos encontramos una distopía, con una
sociedad dividida en castas y adolescentes sufridores que se enamoran. Buuufff
Pero hay ligeros cambios, cosas que hacen estos libros
buenos. Como los personajes.
Tenemos unos personajes muy bien definidos, son realmente
humanos, nos identificamos con ellos, nos hacen sentir lo que sienten y nos
sacan de quicio pero en el buen sentido, porque no lo hacen porque son
insulsos, volubles y carentes de juicio. No. Aquí no hay de eso. Cada personaje
tiene algo bueno y malo y lo que está mal no es culpa de cómo está escrito sino
de cómo son en si los personajes. Sus personalidades son reales y como tal
empatizamos o los mandamos a la mierda.
Discuten, hacen cosas buenas, se aprovechan los unos de los
otros e incluso nos confunden. Por eso son geniales y eso es un gran punto a su
favor.
Hablemos de America. Es un torbellino de emociones. Es el
punto más fuerte y más débil de la novela. Ella tiene una vida, una familia, un
novio y de golpe todo cambia de manera radical y tiene que adaptarse. Y en ese
proceso ella cambia, o más bien la descubrimos tal y como es. Rebelde, alocada
y lo que más me gusta es que no le da miedo resaltar entre los demás.
A menudo los personajes femeninos son reacios a ser el
centro de atención y los autores intentan que sea algo casual que no ponga al
protagonista como un egocéntrico redomado. ”Oh vaya, soy la reina del baile,
que vergüenza, ojala acabe pronto, pero seguiré bailando”
En cambio tenemos a America que diría; “No es lo que buscaba
pero está muy bien que te miren cuando estas guapa”
Y está muy bien. Porque todos somos coquetos y nos gusta ser
admirados, no hay que esconderse cuando por fin nos muestran atención.
Otra cosa que me gusta de America es el valor que le da a la
amistas. Ella encuentra amigas y las valora más que el amor del príncipe
incluso. Eso se echa en falta en la literatura
juvenil, amistades que perduren, verdaderas. Incluso con Celeste, tan
mala malísima pero que en el tercer libro da un giro (algo predecible) que te
hace amarla como amiga.
Otro punto a favor de America es su miedo a la soledad que
la lleva a aprovecharse de Aspen. Admitamoslo, en el segundo libro es una perra
pero lo sabe, no oculta sus errores y juega a ser una niña buena confundida. Lo
sabe, lo admite y acepta su culpa.
He aquí donde entra el punto débil. A veces puede pasarse de
lista. Ella es la mejor. La más honesta. La más justa. La más querida. La más
Mas. Y casi cansa. Sobre todo con ese tonteo a lo ratón travieso que se trae
con el príncipe. Eso me irrita y soy consciente que tuve varios amagos de
abandonar la serie solo por esa pesadilla.
Pero ahora hablemos un poco de Aspen. He de confesar que me
enamoró. Desde la primera hoja. Me tenía loca y me rompió el corazoncito. Pero
poco a poco fue haciéndose un personaje plano y sin sentido, en ocasiones
forzado. En el tercer libro no le quería ni ver.
Justo lo contrario que me pasó con el príncipe, Maxon. Tan
simpático, tan sonriente, tan mono. Uy quita, quita… pero poco a poco le vamos conociendo más. Sus
claroscuros, sus penas y sus amores fallidos. No es un personaje bueno pero
tampoco un niño mimado. Te confunde pero al tercer libro ya sabes como es. Y a
mí me encanta.
Algo que me entristeció fue el segundo plano al que se
degrada a la reina. Quiero conocerla. Quiero saber más de ella. La necesito en
la trama y creo que eso daría un poco más de vida a la serie, en especial al
tercer libro. Pienso que el personaje de la reina está desaprovechado en la
trilogía principal, se entrevén cosas que me moriría por saber.
Pero en definitiva son buenos libros. Es cierto que a
mediados del segundo se hace cansino y cuesta arriba pero Kira le mete una
trama con calzador que la revive y hace que el tercero sea devorar sin piedad.
Merece la pena leerlo de un tirón.
JC
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