Se acabó. Ya no hay más que hacer. Hoy es mi último día en
el cielo de los escritores a toda velocidad. Y para celebrarlo me gustaría
regalaros un fragmento de lo que he escrito.
-Todo el mundo sabe, que el aula de castigo
no sirve para nada-dijo Charles entrando en la clase y sentándose en primera
fila.
Era un reto sentarse tan cerca de la
profesora, quería demostrarle que él no era un niñato, era un joven capaz de
enfrentar una discusión sin alterarse.
-¿Sabes qué Baudelaire?-empezó la profesora
mientras se acercaba a él-Tienes mucha razón, este sitio es una pérdida de
tiempo y en este instituto no podemos permitirnos que nuestros alumnos se pasen
una hora mirando las musarañas.
-Hable por usted, a mi esta clase me viene
muy bien para…reflexionar-dijo el chico del fondo haciendo reír a todos sus
compañeros menos a la única alumna femenina de la sala
-Eso es muy sabio Bukowski pero, ¿por qué no
llevarlo más allá?-respondió la profesora y se alejó para sacar unos
papales-Según lo que tengo escrito todos los que estáis aquí tenéis para un mes
de castigo, tiempo suficiente para realizar un trabajo en grupo.
Los quejidos generalizados no tardaron en
hacerse notar y a Baudelaire le cayeron algunos insultos que no apaciguaron su
enfado ya creciente.
-No es justo, esta clase ni si quiera tiene
nota-dijo Charles Baudelaire y la profesora sonrió ampliamente.
-Os propongo un trato, si hacéis este
trabajo y me lo entregáis a tiempo os prometo que jamás tendréis que volver al
aula de castigo. Hagáis lo que hagáis.
El silencio de la clase dio la razón a la
profesora que fue apuntando los nombres de todos en una hoja.
-El tema será libre, expandir vuestras
mentes y trabajar en equipo para lograr objetivos más altos de los que solo
nunca hubierais sido capaces.
Entonces la única alumna femenina alzo la
mano y cuando le dieron permiso hablo con dureza:
-¿Podría hacer el trabajo sola? Tengo un
nivel mucho más avanzado que todos estos y haría mucho mejor trabajo si
estuviera sola.
-Solitaria, solterona, tienes que aprender a
socializar guapa-le contestó Baudelaire con un bufido.
-Estoy aquí por error, lo que significa que
no tengo intención de…socializar con ninguno de vosotros.-dijo la chica con
firmeza.
-Oye, yo también estoy aquí por error. Te
aseguro que tengo tan buenas notas como las tuyas- entró Bukowski a la
conversación y la chica le miró con unos profundo y oscuros ojos
-Permíteme que lo dude, tu falta de modales
tiene que ser equiparable a tus actitudes, no has parado de rascarte los
sobacos desde que te has sentado-contesto y esto hizo que el chico dejara de
hacer lo mismo con un bufido acompañado de unas risas.
-Ya está bien Brontë, el trabajo se hará en
grupos, es más, creo que yo misma los haré-dijo mientras todos se tensaban en
sus sillas con temor lo que hizo sonreir a la profesora- Charles, Charles y
Charlotte irán juntos-dictaminó y los tres se miraron con una mezcla de
desprecio, miedo y asco.
-Lo ha hecho a propósito-dijo Charlotte
levantándose de su silla.
-Por supuesto que lo he hecho a propósito.
Piensa en esto, si haces un trabajo con ellos mejoraras tus actitudes sociales
tales como la educación y el compañerismo. Charles Baudelaire aprenderá que no
es el mejor en todo y que debe morderse la lengua dos de cada tres veces que
habla y para Charles Bukowski será todo un reto aprender displina, constancia y
saber estar. Todos podéis influir en todos.-explicó con suavidad mientras iba
formando los otros grupos.-Y quién sabe, a lo mejor entre los tres podéis crear
una obra maestra de la literatura contemporánea.
Los tres se quedaron mirando fijamente,
evaluándose mutuamente hasta que se sentaron juntos en un mesa.
Charlotte sacó bolis y papel con rudeza y
dijo:
-Yo no escribo poesía.
-Ni yo novelas-contesto Baudelaire.
Entonces Bukowski alzó los brazos como un
oso perezoso.
-Pues yo escribo ambas cosas asique seré la
bisagra. Qué bien.-dijo sin entusiamos-Vamos Brontë, quita esa cara de asco,
hoy me he duchado. Y tú Charles, amigo…
-No soy tu amigo.
-Lo que sea, pero me gustaría que dejaras de
mirar a Brontë de esa forma, no va a moderte.
-No prometo nada-dijo Charlotte que sacaba
su libro de literatura
Ambos Charles sonrieron mientras la
observaban y acabaron arrimando sus sillas a la mesa para ver el libro.
JC Luna